lunes, 22 de octubre de 2012

Guillermo Molina Morales, "Epilírica" o lo que yo rebautizaría como Merderpoética.

EPILÍRICA - GUILLERMO MOLINA MORALES (POESÍA HIPERIÓN, 2008)

Aquí estamos de nuevo, algo antes de lo previsto. Ya que tenía varias opciones en mente me he dicho "qué narices que el blog es mi feudo y ahora que me siento inspirada voy a rajar un poco".  Como os digo, tenía pensado meterme en cosas terriblemente serias (de esas que dan risa floja) y hablar sobre la magnífica antología "La inteligencia y el hacha" que reúne lo mejorcito (ay mamá) de la denominada "generación del 2000"; pero gracias a una amable recomendación por parte de una de los pinchos vía email tuve la oportunidad de conocer este tesoro aquí presente. Vosotros sí que sabéis que me va el sado chicos. Por cierto, aprovecho para deciros que varias personas habéis tenido dificultades para encontrar mi correo para aquello de contactar conmigo así que aún a riesgo de que los amiguetes a los que no les caigo tan bien hayan tenido el mismo problema y ahora se vea solucionado lo repito : la dirección está a la izquierda, justo debajo de la lista de los Pinchos (que ya somos 19 yuju). Ahí queda eso.

El caso es que la tierna eriza A. me habló sobre este libro entre otros temas que hemos podido comentar vía email y no he podido resistirme a ver de qué se trataba y si realmente era tan vomitivo como ella decía. Tuve la mayor suerte de mi vida (seguro que después de esto el karma me está preparando algo realmente terrible) : lo pude encontrar en una librería de viejo por unos poquitos eurillos, en el típico rincón en el que nadie mira y ya cerquita cerquita de los libros erótico-femeninos de tapa blanda que siempre tienen rosas (y hombres sin camiseta abrazando a mujeres por detrás) en la portada. Creo que fue uno de esos casos en los que el librero le pone un precio porque le da vergüenza simplemente regalarlo y si resulta que adquieres el ejemplar notas una expresión de alivio en su cara y una latente represión de ganas de abrazarte por llevarte aquella mierda de su librería respetable.

Como veis necesito poco para ser feliz y sentir que el día ha valido la pena. Aunque no os lo creáis, el mojón también es difícil de hayar cuando lo buscas así que cuando ocurre (gracias de nuevo a la amable A.) me ajusto el monóculo y sonrío maliciosamente. Finalmente y antes de empezar hay otra cosa que me gustaría comentaros: otra de los pinchos, me ha comunicado que tiene problemas para entrar en el blog. Que le sale una notificación del software o algo por el estilo que poco menos le dice : HUYE, BLOG CACA. No sé muy bien de qué se trata (si es una conspiración o el karma por lo que he contado antes) ya que por mucho que haya intentado entrar en el blog no he tenido ese problema pero de todas formas si alguno de vosotros se ha encontrado con él por favor decídmelo. Sea como sea os juro por Snoopy que mi blog es tan rancio que ni los viruses quieren saber nada de él así que no corréis riesgo alguno al entrar aquí. Nada ha cambiado desde el primer día que nos vimos por aquí vaya.

Y ahora al lío:

Guillermo Molina Morales

Resulta que este hombretón de la foto, nacido en Zaragoza en 1983 (es decir, jovencito como él solo) es licenciado en Filología Hispánica y en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada y además estará a punto de terminar su licenciatura en Psicología. Vamos que tiene más estudios que todo mi árbol genealógico y aquí lo tenemos, escribiendo mojones. Eso para que veáis que la cultura (o la aparente cultura) de uno nada tiene que ver con el talento. Es más, nada tiene que ver tampoco con la capacidad de calibrar la vergüenza ajena que eres capaz de generar.  No sé como vosotros pero de una forma muy retorcida yo me siento mejor con eso ya que de alguna forma este poemario aquí presente corrobora un hecho un tanto discutible en la mayoría de los casos: no de tanto leer uno se hace bueno. O, si lo miramos por el otro lado : la sobredosis de cultura y conocimientos cool te pueden freír el cerebro y te puede dar por escribir poemarios y llamarlos Epilírica.

Lo primero: el poemario no tiene prólogo, algo que me alegra porque al menos aquí han tenido la decencia de no obligar moralmente a ningún poeta para que mienta nada más empezar contando historias de unicornios rosas y conejos de chocolate y de cómo este poemario y no otro toca la patata de cualquiera que lo lea. A falta de prólogo sin embargo, da una cita bastante extensa de Miguel Labordeta. ( para los que no lo sabéis, este señor tan respetable escribió un libro [entre otros claro está] llamado (tachán tachán tachán) Epilírica allá por los años 60). Así que ya sabemos que nuestro amigo Guillermo no brilla demasiado por su originalidad pero eso sí ( eso os lo garantizo) lo compensa de sobra con su capacidad para hundir a los clásicos y hacer que les piquen los pies en sus tumbas.

No puedo evitar detenerme un poco en  la introducción de la que se apropia Molina y que, al ser la "introito" de su libro lógicamente parece ser su descripción. Atentos, dice Labordeta en este trozo tan cruelmente sacado del lugar al que pertenece: "Está haciendo mucha falta que nuestros poetas planten sus tiendas de campaña entre las cuatro esquinas de la estupidez burguesa o del analfabetismo plebeyo y eleven sus voces antiguas y futuras, como profetas que son, a través de la oscuridad multitudinaria y griten las verdades eternas del hombre de hoy al mundo entero, sin contemplaciones." Me encanta que Guillermo se autoadjudique este papel tan importante pero, siento decirlo, como él sea el profeta de nuestro tiempo estamos (hablando rápido y mal) bien jodidos.

Os tengo que confesar una cosa. Cuando leo un libro con la intención de comentarlo después, hago pequeñas anotaciones a lápiz en los márgenes. Pues bien, este libro está lleno de: WTF, ¿? y  PUT. Esto último para mí significa : Pégate Un Tiro.  Eso ha sido exactamente lo que he puesto nada más empezar a leer el libro ya que el primer verso nada más y nada menos dice:

Estás hasta los huevos de este mundo moderno.

Esto sí es un ZAS en toda la boca y no los precios del Zara últimamente.  En este poema en concreto, que pretende empezar el libro y lo único que consigue es hacernos desear una muerte rápida, Molina desea con todas sus ganas demostrarnos cuánto sabe de las cosas cool del mundo, así que como cabe esperar llueven nombres y nombres de personajes ilustres de la historia y  (como no) personajes mitológicos. Solo que él les da un toque especial, consigue colocarlos de tal forma que todo este conjunto de iniciales parece hundirse en un caldero de abono:

¡Encantadora Circe!
En tan solo 30 segundos les haces
Hipotecar su añorada isla por un estudio en Marina D'Or...

Es un cachondo. En serio. Y eso que luego también junta al jorobado de Notre- Dame y Mickey Mouse
como colofón a este baile tarado. Cuánto daño ha hecho Disney señores.

En la parte que sigue (La Franciada) ya podemos ver lo que será el tema principal del superpoemario : los gabachos. Sí, tal cual. Al igual que en la entrada anterior dije que Layla tenía un grave problema con las heces y la defecación, aquí el amigo muestra un trauma no menos preocupante y una obsesión más que notable por los franceses. No voy a meterme en la vida personal de Guillermo pero desde aquí le mando todos mis ánimos y le aseguro que ya encontrará a otro francés que le quiera. Lo que sigue es todo un canto poético :

Dadme fuerzas, Oh inmemorables Musas que en los áticos
De la torre Montparnasse habitáis a precios fantásticos,
Para cantar la cólera de Guillermo el día en el que un simpático
Hijodeputa del gobierno democrático
Francés le denegó la Diplomatura en Diplomáticos 
Por motivos burocráticos

Dadme fuerzas, Oh Musas, y dadme un lanzallamas
Porque os juro que en Francia habrá más llamas
Que en los Andes (y eso que se llama
Los Andes porque Andan bien de llamas)

Esto último es algo que lees y piensas: ja....ja...ja...ja...ja..¿ja? Este chico tiene un sentido del humor muy particular en serio. Hace la misma gracia que esas mismas llamas en la entrepierna. Al margen de eso, atentos al poeta hablando de sí mismo en tercera persona. Eso es moverla y lo demás son tonterías. Oh yeah.

Pero casi casi casi lo mejor es que en ese mismo poema nuestro genio lírico de repente mete este magnífico trozo rimado:

Vinieron de Suecia miles de Suevos
Y no nos tocaron los huevos

Vineron de Godia miles de Godos
Y había alegría para todos

Y vino de Francia un solo Franco
Y todos al barranco

Como podemos comprobar, el asco que siente Guillermo por los franceses elevan su capacidad poética hasta cimas insospechadas.  Que nos llevan poco menos que al clímax con esto:

EXPONGO
Que los Gabachos me han jodido la vida
Que se merecen ser quemados en el Infierno
Que a falta de Infierno buenas son tortas

En fiiiiiin...osaría decir que es el poema largo más largo, aburrido, abrumador, y esquizofrénico que he leído en mucho tiempo.

Hacia la mitad del libro (con la ayuda del Señor) llega la parte de "Cercanías" que poco más puede aportarnos ya que, como ha quedado evidente, la maestría con la que se desenvuelve el poeta estaba más que demostrada. De todas formas Guillermo sigue con el mismo tono epilírico patético, sigue hablando de sí mismo en tercera persona y sigue hablando de cómo Aquiles abrió un McDonalds en los Campos Elíseos y un Starbucks en la Place de la Concorde. Lo de todos los días (en los manicomios) vamos.

Finalmente (gracias a Dios, a Budha, a Alá y a todos los dioses disponibles a estas horas de la tarde) el libro termina con la parte que se llama "Europa" que nos deja perlas como:

La madre que parió a los Gabachos
Era tan sólo una especie de Britney Spears en la Casa de la Pradera (¿what?)
Que inocentemente cantaba a la venida de la primavera
Hasta que se vino Zeus sobre ella y la preñó

Desde aquí prefiero suponer que Guillermo se ha equivocado de hobbie. Un gran rapero se está desaprovechando. Sólo de imaginármelo con dientes de oro, una cadena de varios kilos en el cuello y la gorra ladeada con sus diplomas en una mano y un cubata en la otra me da escalofríos. Casi los mismos que consigue producirme su escritura sin más.

Finalmente ( se termina la sesión sado de hoy) me gustaría explicar un poco por qué el traeros este libro me va como anillo al dedo. Este LIBRAZO fue XI Premio de Poesía Joven Antonio Carvajal y se publicó en 2008 por Hiperión (una editorial bastante respetable todo sea dicho). ¿Qué quiere decir esto? Que cuando veamos que Pepita o Segismundo ganan tal o cual premio que organiza Pre-Textos o Visor o la madre de Mario y pensemos que eso querrá decir que es bueno nos acordemos de Guillermo y los Gabachos. Y lo mismo para aquellos que deciden presentar sus humildes obras a premios y se lleven un chafón detrás de otro: aquí tenemos una muestra del magnífico criterio de los jurados de premios de poesía.

Sinceramente, no sé si en este caso la adjudicación del premio ha sido mafia o simple falta de gusto completa por parte del jurado. Casi que os digo que prefiero lo primero porque eso al menos significaría que la poesía es lo de menos mientras que si se trata del segundo caso estaríamos ante una situación que produce sudores fríos: adiós gusto poético.

Sea como sea me gustaría aprovechar que los amables señores que adjudicaron el premio a Guillermo y a su Gabachofobia no se esconden (aunque yo en su lugar lo haría) y cito la primerísima página de la publicación: " En Albolote, el día 29 de julio de 2008 (...) integrado por  Francisco Castaño Clavero, Antonio Chinarro Chamorro, Rosaura Álvarez Rodriguez, Dionisio Pérez Venegas y José Antonio Ramírez Milena, acordó por unanimidad proclamar ganador de la undécima edición del premio a Guillermo Molina Morales.

Francisco, Antonio, Rosaura, Dionisio y José : OLE VUESTROS COJONAZOS.









lunes, 1 de octubre de 2012

Layla Martínez, "El libro de la crueldad" o el libro en el que la tierna Layla se pasó de tuerca.

EL LIBRO DE LA CRUELDAD - LAYLA MARTÍNEZ (LVR EDICIONES, 2012)

He vuelto a ejercer el oficio del perezoso con esto de las entradas. Ha pasado bastante tiempo desde el último post pero ya sabéis cómo es septiembre : que si el trabajo, que si las clases, que si llueve un poco y te mojas... Pero ya estoy aquí de nuevo. Quisiera aprovechar y deciros (antes de que el post se vuelva largo e infernal) que cualquier sugerencia para una próxima lectura y crítica será bienvenida, ya sea por aquí o por Formspring. Hablo de libros de poesía, relativamente recientes, que o bien os hayan encantado o bien os hayan parecido tal bazofia que necesitáis compartirlo para que os confirmen que no estáis locos.  A ver si entre todos montamos una librería del cielo y del averno.

Como ya dije en el anterior post, he leído este libro en parte por curiosidad pero en gran parte por ser coherente y consecuente con los escupitajos que voy lanzando a diestro y siniestro. Ya me imaginaba que lo que me iba a encontrar en él mucho me iba a recordar a  Lunapandi así que iba preparada y con los pañales puestos "porsiacá". Una curiosidad: en el blog de Luna, a la derecha tiene una lista bastante extensa de nombres de jovenzuelos con blog (entre los que está Layla) y esa lista la denomina "Satélites". Para los que os aburrís igual que yo la RAE (hermosa y maravillosa) os puede dar una pista sobre a qué se refiere Luna con esto : "SATELITE dícese de: 1. Cuerpo celeste opaco que sólo brilla por la luz refleja del Sol y gira alrededor de un planeta primario. 3. Persona o cosa que depende de otra y está sometida a su influencia."  Para que luego digan que la loca soy yo. en fin.

Empecemos por la copa de este pino (y pino como lo peor que os podáis imaginar, mentes perturbadas):

Layla Martínez


LVR ediciones no me genera nada de confianza. Qué le vamos a hacer. Si abro la página web y lo primero que me encuentro es que las últimas publicaciones de la editorial son esta joya aquí presente y un poemario de Eddie J. Bermúdez (chicote del que ya hablaré en un futuro ya que también es digno merecedor del premio "dejémoslo en una isla desierta") pues básicamente se me quitan las ganas de vivir, apago el ordenador y lo tiro por el balcón para luego seguir leyendo a Elliot con tranquilidad acariciando a mi gato y ajustándome el monóculo de vez en cuando. Hablando medianamente en serio: a mi parecer la crisis del mundo poético y de las editoriales ha tenido otra consecuencia aparte del cierre de algunas de éstas : el "auge" de lo barriobajero. No nos equivoquemos, a mí los barrios chungos me encantan, lo que no me gusta tanto son las pequeñas editoriales que van tirando a base de ir publicando mierdas alternativas. Digamos que el corte de nivel que podían tener las grandes editoriales ( que se pagaba también con la existencia de la mafia, todo tiene sus inconvenientes) ya no lo tienen las editoriales pequeñas. Con aquello de " reaccionemos contra los enchufes y publiquemos a gente que se lo merece" han creado los mismos grupos de enchufados (en el mejor de los casos) y publicaciones vomitivas (en la mayoría).

Ahora, dicho esto, y más centrada en el libro en cuestión voy al lío:

Desde aquí y sintiéndolo con todo mi alma me gustaría mandarle un mensaje a Layla : QUE PORTADA MAS FEA TIA. En serio. Por lo que tengo entendido la muchacha se dedica a hacer collages con cosas que va pillando de las revistas y por lo que puedo intuir la portada del libro es el resultado de todo aquello después de una buena digestión. Ya os acordaréis de lo que os dije sobre las portadas de los libros y de lo mucho  que pueden tirarme para atrás a la hora de comprarme un ejemplar, pues esto lo supera con creces. No me lo explico. La verdad es que mirándola con mente fría y cierto criterio me preocupa seriamente la salud mental del(la) que lo haya hecho. Mejor dicho: hacerlo lo podemos hacer cualquiera una noche después de una borrachera o un día de aburrimiento infernal. Me preocupa la mente de alguien que aparte de hacerlo LO EXPONE como parte de su "mundo" artístico. Oh my god. Pero bueno, si a alguien le parece bonita una portada con cuatro manos recortadas de la Cuore , cuatro ojos dibujados mal no, lo siguiente y cruces hechas con boli Bic ya me diréis que soy una rancia pero hasta entonces... En fin, superado el trauma que me llevé al tener el libro "en persona" ante mí y su horrible portada mirándome pude empezar con el texto.

Antes que nada, y exclusivamente en mi humilde opinión, si algo se puede salvar del presente poemario es la prosa, que no "prosa poética", de Layla.  Quizá sea posible rescatar algo, usar la extensa (y, todo hay que decirlo, bastante obsesionada con lo miiiiismo y lo miiiismo) imaginación de la muchacha para algo específico pero soportable. ESO no lo negaré never.

 Os sitúo: el libro se divide en cuatro historias independientes pero conectadas (eso siempre queda bien cuando lo dicen en esas críticas tan relamidas que se hacen de los libros de los amigos) introducidas por una especie de biografía del personaje y seguidas de poemas y "prosa poética". No pongo "poemas" entre comillas por pereza pero imaginaros que ahí están. Básicamente las cuatro historias son lo más macabro que te puedan tirar en la cara, es decir : abusos, enfermedades mentales, niños retrasados, sectas etc. A pesar de eso bueno, creo que quizá alguna de esas podría quedar bien en algún librito para los aficionados al gore, de esos que puedes comprar en las librerías por 4 eurazos. Pero claro, lo bueno viene después cuando la autora profundiza en los temas que tanto gustan a toda la gente cool. Antes que las cuatro historias propiamente dichas hay un poema que yo definiría como "me hago yo aquí un manifiesto y le meto palabros". El campo semántico se hace completamente obvio desde el principio (como no) y eso hace que la sutileza brille por su ausencia. En poquitos versos (o lo que sea que son [es que ahora se lleva mucho eso de que no se sepa a qué genero pertenece lo que escribes, ya tu sabeh]) nos encontramos con cosas muy familiares como "tumoraciones, cánceres, incestuosos, flemas" etc. etc. etc. He de deciros que lo de los "palabros tampoco ayuda demasiado a que me dejen de picar los ojos:

"....asaltemos las
facultades de medicina en un caleidoscópico intento de acabar
con la actitud gerontocrática"

¿lo qué? en fin. Que el libro abre con algo que potencialmente podría ser algo digno de ser impreso pero jodido infinitamente por guarrerías y palabros con complejo de superioridad.

Más adelante y ya entrando en la magnífica temática del libro nos encontramos con que (mi no exagerar) en cada maldita página hay "uñas" o "heces". Tal cual. Yo no sabía que se podía publicar todo un poemario con dos palabras. Me quito el sombrero muchachos. Sin embargo (y eso arrastrándome por la página 20 todavía) lo peor estaba por llegar. "Prosa poética", valientes. Para leer esto os recomiendo encarecidamente que os agarréis a vuestro osito de peluche de la infancia o penséis en Bambi:

"soy hermosa como un rastro de orina. mírame mear sobre la 
cabeza del enano.(...)
(...) chúpame. soy hermosa
como la polla azul de los enanos.
(...) soy hermosa como los niños
sin cabeza que se arrastran y comen sus propios excrementos."

Nooooo...los niños no....en fin, aquí como podemos observar, varía increíblemente el campo semántico y utiliza "excrementos" en vez de "heces". Ya decía yo tardaban en salir. Pero esta horripilante caricatura de los órganos sexuales de los Pitufos es sólo el principio. La cosa continúa:

"(...) No me dejes sola
con estos hilos rojos
que salen de mi boca,
con estas heces calientes
instalándose dentro de mí."

Aquí lanzo una atrevida tésis : el libro fue escrito cuando la autora sufría de un estreñimiento atroz. Reíros pero eso explicaría tanta mierda.

En todo el poemario la verdad es que hay un par de páginas que no me disgustan. Vamos que no están mal. Básicamente son poemas en los que a Layla no se le va la pinza con clavículas, pollas azules y leche en el coño (que también la hay, no joke). Para ser justa voy a citar uno de los que me ha gustado :

Manadas de turistas
corren violentamente
por las instituciones
como si sus rótulas
fuesen a desencajarse,
como si los grumos
provocasen la fiebre.

Demasiado vino azul
en la adolescencia
demasiados delirios
de formas tentaculares.

Ahora solo nos quedan
los labios morados
y el sudor blanco
del incesto.

Imaginaos como estoy después de haberme leído el libro varias veces (para que luego digan que no lo hago a conciencia) que esto me parece lo mejor que hay. Todo hay que decirlo: después de leer cosas como las que cito anteriormente ya nada podría salvar mi opinión sobre el libro.

Más (sé que lo estáis deseando):

los niños retrasados son dignos de amor. a pesar de sus boquitas
ansiosas y sus lenguas ansiosas y sus glándulas (¿cómo?) ansiosas (ya decía yo)
(...) amadles como amáis a los amputados múltiples de pollas pequeñitas(...)

Aquí, con mi neurona ya en reanimación, puedo intuir una intención de fondo. Es decir la idea de Layla y todo aquello. Pero es que me da TANTO ASCO la forma en la que escribe la muchacha que la verdad es que prefiero ver Rain man para sentir empatía por gente con dificultades. Además de la preocupante obsesión de la autora por las pollas deformes claro. ¿Qué más?...

Básicamente el libro sigue así pico pala pico pala pico pala y pico pala.  Sinceramente he de deciros que es la primera vez que leo algo y literalmente me entran ganas de sacarme los ojos a cucharadas. Y sobre todo lo demás persiste la misma idea :¿de verdad es necesario?

Antes de terminar, hay otra cosa que me gustaría puntualizar. A raíz de leer este libro me ha surgido otra impresión: resulta que hoy en día por el mero hecho de tener algo publicado, impreso, físico consideramos que es digno. Vemos un libro publicado y nos sabe mal decir que es mierda. Pensamos que nuestro criterio no sirve, que no sabemos de estas cosas o no las entendemos porque "bueno oye que hay gente detrás de esto que ha permitido que se publique y Fulanito está haciendo presentaciones con su libro y firma ejemplares". Y aquí está el problema : ya todo vale y una publicación implica más cosas que la mera calidad de lo que se escribe. A la vista está amigos.

Finalmente, voy a intentar haceros llegar mi idea. Mucho nos quejamos de la "poesía cutre" de la "poesía de lugar común", de la "falta de talento para la escritura" y la "falta de imaginación". Y lo que estoy descubriendo con este blog es que, la meta de la poesía actual no es erradicar estas cosas sino CAMUFLARLAS mejor. Es decir: si leemos un poema, por ejemplo, que dice tal que así:

El cielo en tus ojos es azul,
bésame con tu mirada y recorre
mi pelo lleno de amor.
Los niños son tiernos,
recorren la vida
con sus pasitos de lirios,
con sus cuerpos hechos ángel,
y los amo.

¿Qué diríais? Excato. Qué pedazo cacho trozo de bazofia infame llena de repeticiones. Pues por mucho que me duela (que me duele, no os penséis, yo también tengo mi corazoncito) la poesía de Layla es exactamente lo mismo pero llevado al otro extremo. Ahí lo dejo. Reflexionemos y un minuto de silencio en honor al talento.